Cómo cambiar la dinámica en un día malo

Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a tratar cómo cambiar la dinámica en un día malo, en un día en el que las cosas no están yendo del todo bien.

Todos hemos tenido un día en el que las cosas se tuercen, y que parece que todo lo que hacemos va concatenando errores o aspectos negativos y problemas. Cuando esto ocurre, normalmente nuestro estado de ánimo y actitud se ven muy afectados y tendemos a enfadarnos y estar más irritables, perjudicando a nuestras relaciones sociales y humor con los que nos rodean, y a nuestra manera de hacer las cosas por otro lado.

Es cierto que a nadie le gusta cometer errores, y que normalmente esto nos frustra, consiguiendo en algunas ocasiones sacarnos de quicio. Cuando se suman varios fracasos seguidos o problemas derivados de no conseguir nuestros intereses la frustración es mucho mayor. ¿Qué podemos hacer?

Para empezar debemos pararnos a analizar lo que está ocurriendo, recurriendo a las razones y argumentos, ya que en esos momentos de frustración los sentimientos suelen cegar nuestra perspectiva. ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué he hecho? ¿Podría haberlo hecho de otra manera? Ante todo, debemos buscar causas a nuestros problemas, es decir, los antecedentes. Sólo de esta manera encontraremos el fallo y así, aceptar lo ocurrido y sobre todo aprender de ello para la siguiente ocasión. Por tanto debemos hacerlo con cada tarea, no dejando que se vayan sumando, porque así nos perjudica mucho más. Así pues, comenzaremos a ver que, cometer errores es parte de estar vivos, pero que debemos tomarnos de otra manera esos fallos.

El humor como una solución a los errores

Cuando los fallos o problemas se suman, nuestro estado de ánimo va empeorando. Es el momento de cuestionarse si podemos hacer algo para cambiar la tendencia de ese día, o va a ser horrible en cualquier caso. Algo fundamental es utilizar el humor ante los errores. Esto no supone tomarnos las cosas a la ligera. Supone saber que, nuestra filosofía a la hora de encarar los problemas será determinante para su solución. Enfadarnos no suele ser el camino más adecuado para resolver nuestros problemas. Y además cuando nos enfadamos, solemos relacionarnos peor con los demás, de forma que de alguna manera, ese primer problema o cuestión frustrante afectará a nuestras relaciones, empeorándolas en la mayoría de las ocasiones. De un problema, ahora podemos tener más simplemente por nuestra actitud frente a él.

Hay algo esencial para cambiar la dinámica en un día de este tipo. No generalizar. De alguna manera estamos llegando a pensar que por haber hecho algo mal, todo va a ser igual. Debemos tratar cada actividad o tarea por separado, poniendo lo mejor de nosotros mismos en cada una y no pensando antes de intentarla que todo vaya a salir mal. Ser capaces de afrontar los retos de este modo nos ayudará a ver las cosas de otra manera.

Y por supuesto, compartir nuestros sentimientos con los demás. Hacerles ver que algo nos sucede  ayudará por un lado a desahogarnos y por otro a que las otras personas nos den su visión, que sin duda enriquecerá la que tenemos personalmente. Muy probablemente nos sentiremos apoyados y podremos encarar lo que viene de otra manera. Al final, no está escrito en ningún lugar que nuestro día tenga que ser malo, ni existe ninguna razón por la cual no podamos cambiar una dinámica negativa.

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