¿Qué es el lenguaje amenazante?

Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar acerca del lenguaje amenazante y del todo o nada.

Amenazar es por definición dar a entender con actos o palabras que se quiere hacer algún mal a alguien. Es evidente que en muchas ocasiones no tenemos este propósito a la hora de comunicarnos, pero sin embargo caemos en ello en circunstancias de nuestro día a día. Hay que ser consciente de la importancia que tiene escoger las palabras adecuadas para comunicarnos, sobre todo en momentos determinados donde la delicadeza de la situación invita a no cometer errores.  Así es, por ejemplo, cuando un encargado de una tienda le dice al empleado que hay que conseguir un objetivo añadiendo que “los jefes sólo miran las cifras y si no se logran las metas ya sabes lo que pasa”. Automáticamente el empleado se va a sentir amenazado, y ciertamente no es la mejor forma de motivarle…  Lo mismo sucede en una pareja cuando uno de los miembros dice “si esto sigue así me voy a buscar a otra persona para compartir mi vida”. Lo último que nos están generando con ese comentario es seguridad. Si tenemos un problema es lógico que haya que tratarlo, pero si es a raíz de ese tipo de comentarios, la presión aumentará de forma exponencial.

Es “sólo” lenguaje, pero estamos yendo mucho más allá. Estamos en un pensamiento de todo o nada. Esto es un pensamiento dicotómico, donde somos extremistas. Vemos las cosas en blanco y negro sin apreciar la existencia de categorías intermedias. Si algo no es perfecto, está mal, y además lo hacemos saber a través de un lenguaje que denota cierta agresividad. El mayor peligro de esto es el impacto que tiene en cómo nos juzgamos a nosotros mismos o a los demás, no damos lugar a equivocaciones. Y… queramos o no, todos nos equivocamos.  Si ante cualquier equivocación esta forma de ver las cosas va ligada a comunicarse con un lenguaje amenazante, siempre estaremos poniendo a la otra persona contra las cuerdas. Debemos ser conscientes de esto, y cuidarnos de no caer constantemente en este tipo de error, ya que crea situaciones de presión, relaciones tensas y una exigencia demasiado alta.

Tratar de poner más atención en este tipo de situaciones nos ayudará a resolver de mejor forma momentos o circunstancias delicadas. No se trata de no decir las cosas. Se trata de ser consciente y tener en cuenta de que según nos expresemos recibiremos un tipo de feedback u otro de los demás. Vivir constantemente tensando una cuerda con la otra persona lleva a que pueda romperse. Por ello, cuidar nuestras formas y manera de expresarnos es una de las mejores soluciones para conseguir relaciones más sanas, donde se genere un ambiente adecuado y se puedan tratar todo tipo de temas sin tener que sentirse o hacer sentir mal a los demás. Debemos de tener siempre presente que nuestras formas determinan lo que estamos proyectando de nosotros mismos a los demás… ¿Qué quieres que vean los demás de ti cuando te expresas? Si tienes claro en tu respuesta que lo que quieres es tener buenas relaciones… ¿Te atreves a intentar todo esto?

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