Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar acerca de los beneficios de ser conscientes de nuestro estado emocional.
En la gran mayoría de las ocasiones, ante la pregunta “¿qué tal estás?”, respondemos “bien”, “mal” o “tirando”. Es normal que no queramos ahondar mucho en nuestro estado emocional en conversaciones cotidianas o superficiales, pero cuando nos lo preguntemos a nosotros mismos la cosa cambia. Ese “¿cómo estoy?” no debe ser contestado con una simple palabra. Debemos ser más precisos y esforzarnos más en la respuesta. Ver las razones que hacen que estemos “bien”, “mal” o “tirando”, es fundamental para ser conscientes de nuestro estado real y así poner el foco en aquello que debemos mejorar.
Esto, que parece sencillo, no lo es en absoluto, ya que requiere un esfuerzo emocional reflexionar y profundizar en nuestro estado. De nada nos sirve hacernos los ciegos y no querer asumir lo que realmente está ocurriendo. Tanto para bien como para mal, el nivel de consciencia y conciencia es más que relevante. A partir de esa reflexión o respuesta profunda, sabremos donde poner la atención para solventar las distintas problemáticas de nuestra vida. Así, tendremos el enfoque y perspectiva necesarios para la siguiente fase, que tiene que ver con la motivación para ponerse manos a la obra y conseguir esos objetivos que nos planteamos al ser conocedores de nuestra situación.
Una actitud que refuerce esta motivación para focalizar en nuestras metas será clave. Es una cuestión de conocimiento personal y a la vez de afrontamiento de las distintas circunstancias que nos toca vivir. El afrontar activamente estos retos, siendo conscientes de nuestras virtudes y defectos será la diferencia entre lograrlos o no. En realidad, todo esto está íntimamente relacionado con la inteligencia emocional, que es nuestra capacidad de manejar y gestionar nuestras emociones. Partimos por tanto del conocimiento de estas emociones como requisito indispensable para su mejor gestión. Sin duda esto reportará beneficios en nuestra salud psicológica y esto ayudará también en nuestra vida social. Somos seres sociales y reconocer nuestras emociones tiene repercusión en nuestro estado de ánimo, reacciones y actos.
Algo que puede parecer tan sencillo como contestar adecuadamente a esa pregunta “¿cómo estás?”, puede ser una variable que nos ayude en nuestro día a día muy positivamente. Sólo debemos esforzarnos a nivel emocional… realizar un pequeño gasto cognitivo que puede contribuir a tener grandes beneficios. ¿Te atreves a intentarlo?