La importancia del juego en los más jóvenes

Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar acerca de la importancia del juego en los más jóvenes.

En una era donde lo “virtual” gana terreno a pasos agigantados a lo “real”, queremos hablar de lo imprescindible del juego en la niñez. Si bien hay una parte de obligaciones (colegio, actividades, etc.), debemos prestar atención a lo lúdico. En esta última parcela, además, debemos discernir entre el juego con pantallas y el juego al aire libre con otros iguales.

A priori puede parecer una tontería, pero el mero hecho de jugar al aire libre con otros niños va a ayudar  a mejorar y madurar en un montón de variables. Para empezar en el ámbito relacional, puesto que hay que interactuar. Somos seres sociales, pero es de vital importancia que esto se practique y se “entrene” no solo en el ámbito escolar, sino también en la calle, en lo cotidiano.

Íntimamente relacionado con lo anterior surge la resolución de conflictos. El hecho de relacionarse con otros niños hará que de una u otra manera surjan problemas derivados del juego. Y en este punto debemos ser conscientes de la relevancia que tiene la propia regulación entre iguales. No quiere decir que los adultos no debamos intervenir o mediar en estas circunstancias, sino hacerlo solamente si es estrictamente necesario o si las cosas se desequilibran. Todo parte de una educación individual, en casa, para que llegados a esas situaciones problemáticas, los propios niños deban poner en práctica sus herramientas para sacar adelante esos momentos. Pensemos en nuestra niñez… si nosotros éramos capaces de solventar nuestros problemas… ¿Por qué ellos no? Vivimos en un momento donde existe cierta híper-preocupación y vigilancia con los más pequeños y a veces no nos damos cuenta de que arreglarles el problema externamente lo que está impidiendo es que ellos lo hagan. Dicho de otra forma con un ejemplo. Si nuestro abuelo puede atarse los zapatos por sí mismo, aunque tarde 10 minutos, será increíblemente positivo que lo haga día tras día para que pueda seguir haciéndolo (aunque nosotros pudiésemos hacerlo por él en 30 segundos).

Jugar al aire libre = más gasto de energía

Además, el hecho de jugar al aire libre, implica actividad. Esto sin duda repercute en gasto de energía, y por ende, en ayuda a una buena gestión en otras variables como sueño o alimentación. Los niños tienen que ser niños, y por supuesto que deben cumplir con sus quehaceres, pero el juego es vital. Hablamos de juego con sus iguales, pero también juego con sus padres. El juego es algo que une, que alimenta los vínculos y lazos relacionales. Y no sólo eso, ayuda al cumplimento de las normas. Los juegos tienen reglas, y hay que cumplirlas. Saber explicar esto, ayudará a poder extrapolar a otras circunstancias de lo cotidiano donde debemos respetar lo dictado. Esto supone en el fondo un entrenamiento en la tolerancia a la frustración, ya que el perder o el fracaso forman parte del juego, y su experimentación y vivencia son fundamentales.  Y por otro lado contribuyen al fomento del respeto, variable determinante para el resto de la vida.

Todos podemos fomentar de alguna manera que estas cuestiones se pongan en práctica… ¿Te atreves a intentarlo?

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