Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar acerca de los problemas asociados a la ansiedad, haciendo mención especial a las fobias y al pánico. Conocer las diferencias entre estos conceptos será de gran ayuda para identificar y discriminar adecuadamente entre unos y otros.
El miedo tal vez constituya el fenómeno más universal, no solo en la especie humana, sino en la mayoría del resto de especies. Todos hemos tenido miedo, y por tanto, podemos intuir que tiene un componente adaptativo. Sin embargo, también puede ser desadaptativo, creando problemas y malestar llegando a afectar a nuestra vida cotidiana. El concepto miedo se ha visto en algunos casos como equivalente al de ansiedad, pero difiere de esta porque la reacción es menos difusa ya que ocurre como respuesta a un estímulo concreto (quizás más evidente). Algunos autores hablan de esta diferenciación aludiendo a que el miedo está vinculado a la acción (un motivo relacionado con el escape/evitación, paralizándonos) mientas que la ansiedad implicaría un estado de activación no dirigido o un miedo no resuelto (con una respuesta anticipatoria ante alguna amenaza).
La fobia
Queremos introducir en esta reflexión un tercer componente, la fobia. Podría definirse simplemente como un miedo extremo. El miedo suele considerarse una respuesta normal, razonable y apropiada ante un peligro concreto y real. Sin embargo en la fobia debemos tener en cuenta que hablamos de miedos intensos y desproporcionados con respecto al peligro real de la situación. Por tanto sus reacciones no pueden ser explicadas, son irracionales. Los argumentos lógicos se quedan fuera. Estas respuestas de miedo no pueden ser controladas, y por ende los esfuerzos de la persona para vencer el miedo suelen ser infructuosos. Este miedo conduce a la evitación de la situación temida, característica esencial de las fobias. La persona evita la situación amenazante o escapa si inesperadamente se encuentra con ella. Estamos hablando de algo totalmente disfuncional y desadaptativo, no asociado a una edad o etapa específica del desarrollo donde la persistencia es prolongada en el tiempo.
El pánico
El pánico consiste en una reacción súbita y aguda de intenso miedo, acompañada de una serie de síntomas fisiológicos (taquicardia, temblor, falta de aire…) y cognitivos muy característicos como el miedo a perder el control. El pánico consiste en un miedo muy especial, ya que es muy intenso, se desarrolla de forma rápida, a veces sorprende al individuo inesperadamente y tienen gran preponderancia los síntomas de activación autónoma simpática (especialmente los cardiorrespiratorios) y cognitivos (miedo a tener un ataque cardiaco, a morir, etc.). Otra característica a mencionar en este sentido es que suele asociarse a síntomas corporales más que a peligros o amenazas externas.
La evolución de los miedos a través del ciclo vital es importante, ya que muchos de los miedos y fobias del adulto se generan en edades tempranas. Parece claro según los estudios que, además de la predisposición personal (inhibición social, sensibilidad a la ansiedad…), juegan un papel altamente importante los patrones de transmisión familiar, sobre todo a través de la expresión de miedo de los padres en presencia de sus hijos. La información negativa proviene también de otras fuentes, como la televisión, internet… Finalmente, debemos comentar del mismo modo, que las experiencias directas de condicionamiento pueden explicar las causas de algunos miedos y fobias, si bien su papel parece ser más destacado en etapas adultas.
Conocer todas estas diferencias puede ser clave de cara a afrontar de la forma más adecuada una situación concreta… ¿Crees que puedes diferenciar estas características?