Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre el miedo y la ansiedad en tiempos de pandemia.
El miedo es una de esas variables que todos podemos percibir ante una situación difícil y excepcional en la que la incertidumbre se hace palpable y condiciona nuestras vidas. Sabemos que el miedo tiene una sintomatología cognitiva y física y que una de sus variables más potentes es que llega a paralizarnos a la hora de tomar decisiones. Una situación de pandemia como la que vivimos con el coronavirus es un claro ejemplo de ello. Es precisamente esa incertidumbre la que dispara nuestra sensación de no control, lo que conlleva inseguridad, falta de confianza y por ende muchas dudas.
Problemas derivados del confinamiento
Todo esto nos afecta directamente, pero hay variables que rodean este tipo de situaciones que no hacen más que ahondar los efectos de dicha incertidumbre. Para empezar hay que tener en cuenta el bombardeo mediático a nivel informativo. Estamos ante un momento histórico donde a través de todas las plataformas disponibles estamos recibiendo continuamente información sobre el mismo tema. Por tanto ese asunto pasa a ser “el monotema”. A modo de reflexión queremos hacer un inciso en este punto para decir que una obsesión se define en psicología como un pensamiento recurrente hacia una cuestión concreta. Y es que, probablemente, nunca hayamos prestado tanta atención a los medios, surgiendo palabras al respecto como “infoxicación”. Por supuesto que estar informados es algo positivo, pero como decía Aristóteles en su célebre frase, la virtud está en su punto medio. Todos tenemos un Smartphone en nuestras manos y debemos evaluar el uso que estamos haciendo del mismo y el tipo de información que estamos obteniendo. Conseguir diversificar nuestra forma de interactuar con los medios será una buena ayuda con el fin de tener perspectiva y ver más allá de un tema en concreto.
El miedo a la incertidumbre
Vivimos unos momentos más que complicados ante las restricciones que se han impuesto (confinamientos, restricciones perimetrales, cierre de comercios…). Nunca hasta la fecha nos habíamos enfrentado a algo similar, y no es sencillo asumir dichas medidas. Valoramos mucho nuestra libertad y este tipo de circunstancias hacen que, de nuevo, nuestra sensación de control disminuya, aumentando así la incertidumbre y con ella la posible ansiedad. Debemos en este punto pararnos a reflexionar agudizando nuestra empatía que este tipo de medidas son excepcionales y que tienen por objetivo el bien común, si bien interfieren en nuestras vidas cotidianas de forma determinante (no hablamos de estar de acuerdo o no con ellas).
Llegamos al punto en el que la auténtica reflexión está determinada por ver qué está bajo nuestro poder de acción y qué no. Aquí es donde está una de las claves, darnos cuenta de qué depende de nosotros para el mejor desarrollo de nuestras vidas y la mejor funcionalidad. Todos sabemos las medidas de seguridad e higiene que tenemos que tomar (mascarilla, higienización de manos, reuniones sociales, etc.), y es precisamente eso lo que debemos cumplir. Pero a partir de ahí, en nuestra vida más privada, podemos tomar actitudes bien diferentes. Aceptando el escenario actual, si que podemos ver cómo ocupar nuestro tiempo, cómo enfrentarnos a la situación… Tener una rutina puede ser de gran ayuda, pero no para que nuestros días sean iguales unos tras otros. Hablamos de rutinas en las que podamos implementar pequeños cambios donde se alternen distintos tipos de actividades que hagan que estemos activos, que nos hagan salir por momentos (por pequeños que sean) de la sensación de encierro. Este nivel de actividad es clave para la sensación de capacidad, y podemos llevarlo tanto al nivel mental como al físico. Nos encontramos con que tenemos más tiempo que nunca pero no podemos ocuparlo en lo que seguramente quisiéramos como prioridad. Eso no quiere decir que no lo podamos ocupar. Es determinante ver cómo hacerlo.
No debemos olvidar que somos los seres más adaptativos de este planeta. Esta situación la superaremos juntos y cuánto más centrados estemos en las soluciones, desde lo individuales a lo colectivas, antes lo conseguiremos.