Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre las personas tóxicas.
Para comenzar, vamos a tratar de definir qué es una persona tóxica, ya que es una expresión que cada vez se escucha más y que todos sabemos de alguna manera a lo que se refiere, pero que quizás no dominamos con todas sus características específicas. Hablamos, de personas que afectan directamente y de forma nociva a sus allegados o personas de referencia. Tienen un perfil en el que el egocentrismo suele reinar, con características como el narcisismo más que evidentes y donde la empatía no es precisamente su fuerte.
La naturaleza del ser humano es ser seres sociales, con lo que interactuamos con los demás constantemente. Por triste que resulte, dentro de todas estas interacciones en ocasiones nos encontraremos con personas que no generan positividad a nuestras vidas sino todo lo contrario y nos desgastan emocionalmente de continuo. Esto puede ocurrir en cualquier ámbito de nuestras vidas, ya que este tipo de comportamiento, como decíamos en la definición, impacta de forma directa en los demás.
¿Cómo detectar a una persona tóxica?
Se puede ser más optimista o más pesimista, faltaría más que no pudiéramos ser diferentes. Pero cuando hablamos de personas tóxicas, nos encontramos con perfiles donde la queja y la crítica son constantes. El pesimismo reina de forma abrumadora. Todo es complicado y tienden a querer arrastrarnos a esa forma de ver las cosas. Por supuesto, aquí ya empezamos a observar su falta de empatía, y esto tiene una explicación: sólo importa lo suyo. Así pues el egocentrismo, marca de forma crucial su personalidad. Son el centro, y esto conlleva siempre una petición continua de atención que exige a los demás emocionalmente un esfuerzo poderoso. Si nos paramos a analizar estas características ya comentadas… ¿Qué podría pasar si hiciésemos más caso a otras personas? ¿Qué pasaría si priorizásemos otras relaciones? Efectivamente, nada bueno. Sin duda la envidia es otra variable común en las personas tóxicas, que hace que existan infravaloraciones hacia los demás, desprecios y comportamientos infantiles en algunos momentos. De este modo, sentir algo positivo por un logro ajeno o buena noticia son misión imposible.
Comportamientos de una persona tóxica
Nunca estarán ahí para darnos la enhorabuena o para festejar. Ahora bien, sí aparecerán en las peores circunstancias, pero no precisamente para ayudar.
En el fondo todas estas cuestiones hacen que para estas personas sea imposible tener bienestar (ya no hablamos de felicidad ni mucho menos). Pero para los que les rodean tampoco será posible.
Esto a menudo hace que tengan un comportamiento derrotista y llegado el punto, hasta victimista.
Tratan de arrastrarnos a su terreno, y es ahí donde comenzamos a desgastarnos los demás. Es una especie de robo de energía, de bienestar, de vitalidad.
Contemplar las características anteriormente explicadas es el inicio para ser conscientes y saber si estamos rodeados por personas con semejante perfil. No sumarán en nuestras vidas, no serán apoyos férreos y por supuesto no facilitarán nuestra existencia.
Es importante saber gestionar estas relaciones marcando firmes distancias, y llegado el caso si fuera necesario rompiéndolas.
Si son las personas tóxicas las que las marcan, salimos de un punto de posible no retorno. Cuestión que no debemos permitir.
Para mejorar nuestros contactos sociales la primera propuesta es relativamente sencilla: busquemos el perfil contario a lo comentado.
Seguro que a partir de ahí surgen muchas cosas positivas que de verdad enriquezcan nuestro día a día.