Desde MA Psicólogos, especialistas en psicología general, terapia de pareja y sexología, hoy explicamos una disfunción sexual masculina: la disfunción eréctil.
Dentro de las disfunciones sexuales masculinas, la disfunción eréctil, también llamada en algunas ocasiones impotencia, es la incapacidad para conseguir y mantener erecciones lo suficientemente firmes para tener relaciones.
Esta disfunción puede ser debida a causas físicas, psicológicas o a una combinación de ambas.
Disfunción eréctil: causas físicas
En cuanto a las causas físicas, podemos encontrarnos algunas enfermedades cardíacas, colesterol alto, diabetes, presión arterial alta, trastornos del sueño… Así como algunos hábitos que puedan estar afectando, como el consumo de tabaco, medicamentos, alcohol y otras sustancias. Por supuesto que en este sentido muchas de estas variables, se convierten en factores de riesgo.
Debemos decir, unido a todo esto, que a medida que envejecemos, en ocasiones tanto la firmeza como el tiempo para desarrollarse se ven afectados en las erecciones. Entre los 40 y los 70 años se estima que al menos un 30% de los hombres sufren algún tipo de disfunción eréctil.
Debemos analizar siempre los factores físicos minuciosamente de cara a poder trabajar en la búsqueda de soluciones del problema. Y la prioridad es descartadlas para luego entrar en la evaluación psicológica.
Disfunción eréctil: causas psicológicas
En cuanto a las causas de índole psicológica (donde no se presenta ninguna alteración física), la ansiedad y el estrés son los factores más determinantes, si bien los problemas de pareja, depresión y otras afecciones mentales pueden estar relacionados.
La propia excitación es quizás el factor que más se ve influenciado interfiriendo directamente en todo el proceso. Miedos, vergüenza y preocupaciones ocupan un lugar importante dentro de la sintomatología psicológica de esta disfunción.
Lo importante es tratar directamente este tipo de problemáticas con nuestro médico, sin timidez ni vergüenza. Bien sea a través de sus prescripciones o a través de otros profesionales, hay que buscar soluciones.
Es un problema mucho más habitual de lo que creemos y, enmascarándolo o negándolo solo estaremos perdiendo bienestar y condicionando negativamente tanto nuestras relaciones de pareja como otras cuestiones individuales como la autoestima, seguridad o confianza.
Del mismo modo debemos hablarlo con la pareja si la hubiera, no puedes convertirse en un tema tabú. De hecho será parte activa de la recuperación sobre todo cuando las causas de la disfunción son de tipo psicológico.
Desarrollar un estilo de vida saludable, teniendo buenos hábitos a todos los niveles nos ayudará a prevenir este tipo de disfunción.
Vivimos en un mundo estresante debido a la multitud de estímulos que condicionan nuestro día a día.
Una correcta gestión emocional será clave para que nuestro tiempo de disfrute, realmente sea de calidad.
Ser capaces de identificar los síntomas de la disfunción eréctil es el primer paso para poder diferenciar lo que está ocurriendo y poder así buscar soluciones.
Postergar la petición de ayuda, solo empeorará nuestra calidad de vida, de nuestras relaciones y nuestro propio bienestar.
Así que si tienes problemas con tu erección lo primero es consultar con tu médico habitual, una vez descartado cualquier problema físico no dudes en confiar en la terapia psicológica. Funciona.
Una vez hecha la evaluación en terapia, se van dando pautas y los progresos llegan consulta a consulta.
No dudes en hacer uso de nuestra consulta informativa gratuita si tienes dudas.