Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre los riesgos del mal uso o uso abusivo de las tecnologías.
Estamos en una era en la que lo digital se ha convertido en parte de nuestras vidas. En ocasiones las nuevas tecnologías forman parte más de lo que deberían de nuestro día a día. Sin duda esto se convierte en un mal uso de las mismas, que puede pasar a un uso abusivo y a mayores a una adicción.
Hoy queremos resaltar los riesgos que esto tiene, focalizando sobre todo en los menores, los llamados nativos digitales.
Como cualquier uso abusivo, existen ciertos problemas que surgen y que pueden dificultar nuestra calidad de vida.
La tecnología, evidentemente tiene cosas muy positivas, pero seríamos unos ciegos si negáramos la cara oscura de este mundo. Muchos de los riesgos son compartidos para los adultos, que no nos escapamos de esta cuestión.
La falta de movimiento es un problema
En primer lugar hablamos de sedentarismo, con los riesgos físicos que ello conlleva: sobrepeso, mal estado físico, etc. Hablamos de quedarnos en casa pegados a la pantalla, de modo que nuestro movimiento es mínimo… y el cuerpo lo necesita, más si cabe cuando estamos en período de crecimiento. Toda esa energía sin consumir repercute en otros aspectos, entre los que destacan: la irritabilidad, ansiedad o inquietud. Factores que, estando muy ligados a ese aislamiento que provoca la pantalla,acaban generando falta de concentración en lo escolar, por lo que el rendimiento suele resentirse siendo fuente de disputas en casa.
Otros problemas asociados son problemas de vista e insomnio
Ser conscientes de los riesgos es el primer paso para enfrentarnos a esta problemática. Los adolescentes deben saber que algo aparentemente inofensivo para ellos, puede convertirse en un factor que, mal gestionado, puede afectarles decisivamente en su día a día. A partir de ahí el siguiente paso como adultos es dar ejemplo. No podemos quejarnos del uso inapropiado de nuestros hijos cuando nosotros estamos haciendo exactamente lo mismo. Y por supuesto, poner límites y horarios al uso de las tecnologías. Cada caso es distinto, pero los menores deben ver como priorizamos en las obligaciones. Primero se realizan las tareas, tanto académicas como cotidianas, y después viene el disfrute.
El disfrute debe tener un buen equilibrio entre lo tecnológico, y lo físico. Necesitamos que nuestros hijos aprendan a relacionarse en ambos espacios, haciendo del aire libre un lugar lúdico y de disfrute, donde puedan compartir con sus iguales y con nosotros actividades atractivas. Compaginable con utilizar la tecnología de forma responsable, ya que tampoco debemos demonizarla. Es más, saber algo acerca de sus gustos en este sentido, ayudará a tener comunicación y complicidad con nuestros hijos. Debemos estar al día, porque saber sobre sus hobbies nos acercará a tener mejores relaciones, que al final es lo realmente importante.