La importancia de la infancia en la vida adulta

Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos hoy os vamos a hablar sobre la relevancia que tiene nuestra infancia en el resto de la vida. Concretamente hoy haremos referencia a los aspectos relacionados con la imitación; cuando aprendemos de nuestros progenitores copiando su ejemplo.

La infancia es una etapa clave en nuestras vidas. En ella ocurren procesos de aprendizaje elementales así como procesos de vinculación afectiva, seguridad, adquisición de elementos fundamentales del lenguaje…

No es una fase cualquiera, ya que condiciona cosas de nuestro devenir como adultos. Dicho de otra manera, lo que ocurre en nuestra infancia influye contundentemente en nuestro futuro.

Es por todo esto que la educación tiene una importancia tan crucial en nuestras vidas. Si hablamos de educación, primeramente debemos referirnos a los padres o cuidadores. Son estas figuras las que van a adquirir una importancia determinante en el desarrollo del niño. De ahí la relevancia del tiempo que pasan juntos, el tipo de vínculo, del ya os hemos hablado en artículos anteriores de los tipos de apego las formas en las que se comunican, cómo son las correcciones…

La infancia marca

Todos tenemos una huella imborrable de nuestra infancia, pero sobre todo de nuestras relaciones familiares.

Son nuestros primeros pasos, y tener el mejor asesoramiento y afecto supondrán una ventaja para nuestro desarrollo.

Una infancia con vínculos sanos fortalece lazos, cuestión vital a la hora de desarrollar confianza a largo plazo en lo social y en lo referente a nuestra autoestima.

Vínculos donde existan normas claras sobre lo que está bien y lo que está mal para que a partir de ellos surjan relaciones seguras. Pilares claros basados en el cariño y buenas formas, pero que no obvien las reglas del juego a las que va a tener que adherirse el niño paulatinamente.

El juego forma parte de este entramado de interacciones, y solo a través de un apego seguro tendremos la confianza suficiente como para generar confianza en nuestras acciones y relaciones.

Las obligaciones (que van de menos a más) son otro de esos aspectos que deben ser inculcados por nuestros cuidadores, y de cómo lo hagan dependerá cómo vayamos desarrollando cuestiones como la responsabilidad, organización…

Las referencias

Es decir, nuestros guías son elementales. En un principio el núcleo íntimo familiar, para pasar con el tiempo a que los profesores e iguales tengan impacto también en este proceso. Es evidente que, si esas figuras son tan importantes, su comportamiento será un referente fundamental para el niño. Y de ahí que la imitación sea un proceso tan fundamental. Aprendemos de muchas maneras, pero probablemente la más intuitiva venga de los procesos imitativos de nuestras figuras de apego. Los adultos deben ser conscientes de ello, ya que sus formas y conductas a todos los niveles se convertirán en guías de comportamiento. Desde cómo hablar a las parejas, quejarse, limpieza, forma de lenguaje, manejo de las emociones, uso de tecnología… Nuestros pequeños son esponjas que ven en sus modelos la referencia para su desarrollo. Como padres o cuidadores debemos comprender que nuestros movimientos tienen consecuencias y que el esfuerzo en una buena proyección tendrá más sentido que nunca.

No es que seamos una copia exacta de nuestros padres. Evidentemente en el proceso de desarrollo hay más elementos que nos influyen, pero si nos paramos a pensar, sí que tenemos multitud de comportamientos elementales arraigados de nuestros modelos en la infancia.

Si podemos prestarles atención y darles la importancia que tienen, estaremos favoreciendo un mejor desarrollo en nuestros hijos.

Un gran poder, el de ser modelos de imitación, que por supuesto es una gran responsabilidad. Pero que, siendo conscientes, también se convertirá en una gran ventaja.

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