Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, hablaremos sobre cómo ciertos gestos de nuestro lenguaje no verbal pueden traicionarnos y revelar lo que realmente sentimos o pensamos.
El lenguaje no verbal tiene un gran poder para expresar emociones e intenciones, a veces incluso más que nuestras propias palabras. Sin darnos cuenta, ciertos gestos pueden delatarnos emocionalmente y mostrar lo que intentamos ocultar.
Puntos clave
- Microexpresiones faciales: Estas son expresiones involuntarias y breves que duran fracciones de segundo, como una leve fruncida de ceño al recibir una crítica, que puede indicar incomodidad o enfado, aunque intentemos sonreír.
- Mirada evasiva o excesiva: Evitar el contacto visual puede reflejar inseguridad o desconfianza, mientras que una mirada fija y excesiva puede parecer forzada y generar desconfianza.
- Tocar el rostro constantemente: Llevarse las manos a la boca, tocarse la nariz o frotarse los ojos puede ser señal de nerviosismo o incluso mentira, ya que son gestos que liberan tensión emocional.
- Postura corporal cerrada: Cruzar los brazos, encorvar los hombros o alejarse físicamente puede ser una señal de rechazo o incomodidad, aunque verbalmente se esté intentando mostrar receptividad.
- Cambios en el tono o ritmo de la voz: Alteraciones en el tono o ritmo, como voz temblorosa o acelerada, pueden indicar ansiedad, ira o inseguridad, aún cuando las palabras sean convincentes.
El impacto en la vida emocional
El lenguaje no verbal es una ventana a nuestras emociones y puede ser una poderosa herramienta de autoconocimiento. Reconocer estos gestos y su significado nos ayuda a entender mejor lo que realmente sentimos y cómo nuestros cuerpos reflejan nuestras emociones.
El trabajo terapéutico
El trabajo terapéutico en este contexto se enfoca en reconocer y comprender nuestro lenguaje no verbal para gestionar mejor nuestras emociones y mejorar nuestra comunicación, lo que nos permite vivir de forma más auténtica y consciente.