Es difícil aceptar la muerte de un ser querido, independientemente de cómo se haya producido la pérdida. En ocasiones tras una larga y dura enfermedad, en otras un accidente lo arrebata de nuestro lado sin darnos tiempo a hacernos a la idea.
Aunque nunca termina uno de hacerse a la idea de que la muerte es algo que puede ocurrir en cualquier momento por esta misma razón la adaptación emocional a la pérdida, o duelo, es compleja y el proceso de cicatrización nos conlleva el paso por cinco fases.