Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos vamos a hablar sobre cómo no distanciarse de las amistades cuando las circunstancias nos alejan físicamente.
Con el paso del tiempo, lo que podía ser una pandilla unida donde había contacto cada día puede pasar a convertirse en contactos esporádicos de cuando en cuando. Es evidente que vamos sufriendo cambios en nuestras vidas, y bien sea por trabajo, familia u obligaciones, no podemos llevar el mismo estilo de vida que antaño, cuando las responsabilidades eran mucho más livianas. Es algo que ocurre frecuentemente y que da rabia, sobre todo porque se valoraba muy positivamente ese contacto con amistades sanas y fuertes. Ahora bien, hace más quien quiere que quien puede.
Podemos refugiarnos en las excusas que queramos, pero si de verdad nos esforzamos y nos organizamos adecuadamente, podremos sacar tiempo para disfrutar de estos pequeños encuentros, que no son otra cosa que placeres. Hoy en día, las redes sociales nos ayudan a estar al tanto de las novedades de nuestros seres cercanos y es una buena herramienta para no “despegarse” de ellos. Pero de igual modo, fácilmente crean una comodidad que, garantizando cierto “contacto digital” no nos ayuda a la búsqueda de quedadas físicas. Esos mismos mecanismos digitales, deben ayudarnos a estar en contacto (en la medida de lo posible) con esas amistades con el objetivo final de verse para disfrutar conjuntamente. Se trata de actitud y predisposición para que esto ocurra, sabiendo elegir y priorizar en determinados momentos, siendo conscientes de la importancia que tiene para nosotros este tipo de contactos.
Planificación y flexibilidad
Llegados a ciertas situaciones, buscar con antelación fechas para quedar, es un buen mecanismo para garantizar la asistencia de todos los miembros. A mayor antelación, más fácil será encontrar un hueco perfecto para todos. Lo mismo se tendrá que tener en cuenta para la ubicación de esos encuentros. Es evidente que todos entenderán las diferentes coyunturas de cada persona, pero poniendo cada uno de su parte será mucho más sencillo.
La idea es cuidar la amistad. Supone un componente vital en nuestra experiencia, ya que aporta muchísimas cosas positivas que nunca están de más. No debemos olvidar que tenemos personas importantes para nosotros mucho más cerca de lo que pensamos, por mucho que el tiempo en ocasiones distancie esas relaciones. A veces se termina teniendo un contacto meramente informativo, donde las malas noticias suelen jugar un papel preponderante. Estar en las malas es necesario, pero resulta más que necesario hacer por crear buenos momentos. Estas quedadas suelen recrear momentos del pasado, donde ese grupo ha pasado por muy buenos momentos y se ha sido muy feliz. Si eso ha sido posible en el pasado… ¿Por qué no se crean más momentos de ese tipo en el presente? Esa es la pregunta que debe hacernos reflexionar. La mayoría de los momentos felices de nuestras vidas han sido compartidos con otras personas. Casualmente esas personas casi siempre han sido importantes para nosotros. Parecen casualidades pero de ningún modo lo son. Hagamos por crear momentos buenos… ¿Te atreves a ponerlo en práctica?