Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre la importancia de centrarnos en aquellas cuestiones que están a nuestro alcance, es decir, sobre aquello en lo que podemos influir con nuestras acciones.
Cuando hablamos de influencia y acción debemos partir de la base, por supuesto siendo conscientes del reduccionismo realizado, que nos encontramos con dos escenarios. Aquellas situaciones donde su resolución no depende de nosotros ni de nuestras acciones, y aquellas dónde sí tenemos poder de acción. En las primeras, nos encontramos normalmente con quebraderos de cabeza e incertidumbre, ya que nos sentimos impotentes. Esto no es de gran ayuda, ya que no sólo se suma el no saber qué va a ocurrir, sino que sufrimos por ello. La cuestión clave para desbloquear dichas circunstancias viene dada por la aceptación del momento y entender de una forma profunda que no por darle más vueltas vamos a conseguir una solución. Aceptar la incertidumbre no es un paso sencillo, pero sí determinante para ver la otra parte, el segundo escenario.
Cómo solucionar una situación concreta
Este segundo escenario viene dado por vislumbrar qué acciones podemos realizar para solucionar una situación concreta. Dicho de otro modo, qué podemos hacer. Obviamente en este sentido tendremos una parte emocional al respecto, en la que pueden surgir dudas, temores, agobios… En esta parte vemos de forma central los problemas. De nada sirve a nivel funcional y adaptativo quedarse en esta parte, ya que no sacamos la situación adelante y además emocionalmente estaremos sufriendo. El factor diferencial viene por ser capaz de cognitivizar este momento concreto y comenzar a centrarse en las soluciones. Analizar con datos, argumentos y razones qué posibilidades tenemos. Estaremos trabajando en anticipación, en entendimiento… en solucionar. Las dudas tienden a disiparse con una buena preparación, y nuestra seguridad aumentará conforme los argumentos refuten convincentemente lo que vamos a hacer. Variables como la sensación de capacidad y utilidad serán alimentadas adecuadamente, y a nivel de autoestima y actitud estaremos yendo en una dirección positiva. Todo esto ayudará a que podamos llevar a cabo tales acciones, ya en la parte práctica, con nuestras conductas.
Saber centrarse en lo que podemos cambiar o solucionar es una fortaleza. Veremos con mejor perspectiva las situaciones, de forma que entenderemos todas la variables que entran en juego, no dejándonos llevar por “visiones túnel” donde parece que no hay más salidas. Hacer lo que depende de nosotros debe ser compatibilizado con aceptar lo que ya no está a nuestro alcance. Esa es la mezcla que nos permitirá ser funcionales. A nivel mental es fundamental, de cara a no machacarnos con esa cantidad de “y sis” y pensamientos negativos. Luchar por resolver cada situación que esté en nuestra mano nos ayuda a tener sensación de control, cuestión elemental para nuestro bienestar. Tratar de hacerlo siempre fomentará el ser más responsables y a nivel conciencia estar tranquilos. De este modo será más fácil cada vez afrontar las diversas situaciones que vayan surgiendo. ¿Te atreves a intentarlo?