Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre la importancia de darnos cuenta de una equivocación.
Ya sabemos que la perfección no existe y aún así, cada vez que nos equivocamos nos molesta y fastidia. Esto no tiene que verse como algo negativo en sí mismo, puesto que fomenta la gana de mejora y la motivación para el aprendizaje. Sin embargo, en muchas ocasiones dicha molestia no se ve de forma tan constructiva y afecta a nuestro estado de ánimo y humor. Asumámoslo: todos nos equivocamos.
La cuestión a tratar hoy tiene que ver con la repetición en la ejecución de patrones, en este caso mentales, que nos llevan a fracasos en lo relacional y emocional propiamente. Vemos que durante años ciertas situaciones siempre desembocan en problemas y sin embargo no somos capaces de darnos cuenta de que quizás el problema sea nuestro enfoque. Cuestionar un enfoque es complicado cuando nuestra creencia de que estamos en lo correcto es fuerte. De alguna manera debemos entender que en este campo, tan problemático es ser demasiado firmes como demasiado inseguros. El punto medio, lo que realmente entendemos como virtud al respecto tendría que ver con una duda razonable. Duda que se cuestione con razones y argumentos, donde sopesemos pros y contras analizando qué podemos estar haciendo mal y cómo podemos mejorarlo. Este es el punto de partida del aprendizaje, y la vida no deja de tener este componente en toda su duración.
La cabezonería, la terquedad, no escuchar… son barreras que muchas veces no ayudan a mejorar en este campo. Creer que siempre estamos en lo cierto y no cuestionar nuestras palabras y acciones no sólo nos perjudican individualmente, sino que afectan de forma muy nociva a la visión que los demás tengan acerca de nosotros. Está claro que ese nivel de autocrítica constructiva no se tiene de un día para otro. Se nutre de muchos factores que van desde la educación, las opiniones de los demás o la propia autoestima. Si algo favorece todo ello es la construcción de una persona con más perspectiva, que no se centra tan exclusivamente en los problemas sino en las soluciones. De alguna manera estamos hablando de que variables como la humildad tienen detrás toda esta serie de cuestiones, que no debemos pasar por alto si realmente queremos llegar a un nuevo nivel. Nivel donde nuestra conciencia es la base de nuestra tranquilidad y estado mental. Una conciencia limpia previene de pensamientos negativos, distorsiones y rumiaciones.
Trabajar para tener la razón o estar en lo cierto es algo fundamental para no tener que enfrentarnos a estas cosas. Sin embargo es bastante inverosímil que siempre acertemos. En esos momentos tener en cuenta lo anteriormente comentado nos ayudará a ser más funcionales y en el fondo a gozar de un mayor bienestar. Estar abiertos a entender el fallo como algo inherente a nuestra vida es algo realista, pero además estar motivados para su resolución y por tanto mejora, es fundamental para nuestro crecimiento. ¿Te atreves a intentarlo?