Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre el valor de nuestra palabra, y cómo el cumplirla o no influye en las relaciones con nuestro entorno y en nuestra autoestima.
«Esa persona no tiene palabra», habéis escuchado esa expresión muchas veces, ¿verdad?.
Si nos paramos a pensar, la emoción o sensación que queda tras pronunciar dicha expresión es de cierto enojo, frustración o decepción.
No nos gusta que las personas con las que hemos quedado en algo no cumplan su palabra.
Es más, no las valoramos de forma positiva.
Pero… ¿qué es nuestra palabra?
Nuestra palabra es algo muy importante.
Más de lo que a priori podamos pensar, porque supone el criterio en el que los demás tienen que confiar cuando establecemos una relación mutua.
Dicho de otro modo, es nuestra forma de establecer relaciones con el resto, una especie de contratos implícitos; no escritos, en los que debemos confiar de cara a relacionarnos con los demás.
Nuestra palabra es nuestra puntualidad, nuestro cumplimiento con un encargo, no decir un secreto, realizar una actividad que habíamos quedado en hacer…
Da mucha información sobre cómo somos, cuánto nos importa el resto, nuestra educación… Y por supuesto esto tiene una cara b, es decir, si no cumplimos con nuestra palabra la valoración por parte de los demás puede dejarnos en muy mal lugar.
Es prácticamente imposible a lo largo de una vida cumplir con todas las veces que damos la palabra (no somos perfectos), pero si es cierto que podemos llegar a hacerlo con un amplísimo porcentaje si nos los proponemos.
La educación es esencial en este aspecto, puesto que es tarea de los padres inculcar este tipo de valor a lo largo de la niñez, fortaleciendo y premiando su cumplimiento. Del mismo modo en el colegio es una variable importantísima, ya que alimenta otras como la responsabilidad y honestidad. Conlleva siempre un esfuerzo emocional, es decir, un sacrificio de cara a luchar por lo dicho. En otras palabras, la actitud supone el factor diferencial, puesto que la motivación para lograr diferentes metas marca la diferencia.
Somos nuestra palabra.
Por eso, en MA Psicólogos Oviedo, cuando trabajamos las habilidades sociales, hacemos hincapié en el valor de nuestra palabra, en el compromiso que adquirimos con los demás y con nosotros mismos. Las metas que nos proponemos, la imagen que proyectamos a los demás, nuestra forma de expresarnos y cumplir…
Cuando no cumplimos estamos no sólo fallando a los demás, sino a nosotros mismos. La valoración externa será evidentemente mala, pero la sensación individual tampoco será de gran ayuda. Es una de esas cuestiones que alimenta los auto reproches, pensamientos negativos, monólogos internos nocivos… influyendo de forma directa en nuestra autoestima, que suele verse involucrada y con ella la seguridad en nosotros mismos.
En MA Psicólogos Oviedo sabemos que cuando tendemos a cumplir nuestra palabra, ganamos en seguridad y en sensación de capacidad. Ese plus de responsabilidad hace que nos valoremos más positivamente, y nuestra imagen se refuerza en el exterior.
No es fácil, puesto que ese esfuerzo emocional cansa.
Pero no nos engañemos, merece la pena.
Parémonos a pensar en las personas que tenemos a nuestro alrededor y cumplen con su palabra. Con muchísimas probabilidad las tendremos posicionadas positivamente y confiaremos más en ellas.
Recordáis la última vez que alguien faltó a su palabra… ¿Cómo os afectó?