Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en niños, adolescentes y adultos vamos a hablar sobre la importancia de saber escuchar en nuestras relaciones sociales.
La escucha activa es una forma de comunicación que demuestra al hablante que su interlocutor le ha entendido y prestado atención. Esta forma de escucha tiene muchísima más importancia de la que creemos: a todos nos gusta sentirnos escuchados, y más cuando se muestra atención e interés. Algo que a priori podría ser de lo más sencillo, pero que no siempre es así, sobre todo en estos tiempos en los que la multitarea no siempre lo permite.
La comunicación es el fenómeno más determinante que tenemos como seres sociales. Nos permite relacionarnos, y cuanto mejor lo hagamos, mejor nos entenderemos, menos malentendidos habrá y mejor nos sentiremos.
Una buena comunicación une
Ahora bien, requiere de actitud. Tenemos que querer escuchar activamente, algo muy alejado de simplemente «oír».
El primer paso es proponernos mejorar y ser conscientes de en qué momentos tendemos a desconectar o estar menos atentos.
Tristemente todos nos hemos visto en la situación de estar hablando con alguien y saber que no nos estaba haciendo caso. No solo es un fastidio momentáneo, sino que supone una frustración más allá, sobre todo para llegar a acuerdos.
Los demás valoran mucho más a las personas que les demuestran atención, confiando más en ellos.
En un mundo en el que las pantallas y la tecnología reinan en ocasiones nos vemos en la tesitura de estar hablando con alguien que está prestándoles más atención al teléfono móvil que a nosotros y lo que estamos contando.
Como padres, también es un fenómeno relativamente repetido que la comunicación no fluya debido a estas cuestiones. Es una queja parental común que escuchamos en MA Psicólogos Oviedo. Los padres aquejan que sus hijos están más atentos al móvil o videojuegos que a ellos. No estaría mal antes de realizar esta queja pararnos a reflexionar si en ocasiones nosotros, como padres, también hacemos lo mismo, es muy importante predicar con el ejemplo.
¿Nos conectan o nos desconectan?
La prisa, el cansancio y la suposición son los peores enemigos de la comunicación, pero ahora le podemos añadir el mal uso de la tecnología.
Poner ciertas normas o límites al respecto puede ayudar a mejorar en esta parte de la vida cotidiana. Por ejemplo en el ámbito familiar, en los momentos de las comidas se puede restringir el uso de la tecnología y tratar de mejorar la comunicación proponiendo temas e intereses comunes. Sin duda prestar y demostrar atención motiva al interlocutor, que muy posiblemente pueda entrar en ese tipo de dinámica positiva, y tener una conversación agradable. Si quedamos con amigos, a tomar algo durante un par de horas, puede ser buena idea silenciar el móvil o no tenerlo a mano, para evitar que capte nuestra atención. Así podremos centrarnos en la conversación sin distractores.
Tratar de mejorar y buscar soluciones en esta parte de la comunicación mejorará el entendimiento con los nuestros.
Escuchar activamente tiene mucho que ver con una parte de nuestra inteligencia emocional, la empatía. Nos ayudará a ponernos en el lugar de los demás y saber cómo están. Esto facilitará la comprensión y por tanto la ayuda si fuera necesaria. Es algo que se puede mejorar y entrenar y que está al alcance de nuestra mano.
No permitáis que el teléfono móvil os acapare, y os arrastre a una vida más virtual que real. ¡Vivir el momento presente y disfrutar de momento y de la cercanía de los nuestros es vital para nuestro bienestar! Desde MA Psicólogos Oviedo os retamos a intentarlo. ¡Puede haber momento para todo, lo importante es crearlo!