Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en niños, adolescentes y adultos os invitamos a hacer una reflexión acerca del miedo a separarse en la niñez.
¿Cosa del niño o de los adultos?
Cuando hablamos de los miedos, concretamente de los niños, a veces nos olvidamos de algunos factores que tienen más que ver con los adultos que con los propios niños. No queremos generalizar y decir que siempre sea así, pero sí tener en cuenta algunos aspectos que pueden pasar inadvertidos en ocasiones.
Os a exponemos un caso con el objetivo de que se pueda producir una reflexión individual en cada lector.
Principios de septiembre. Alejandro, tres años, vive su primera jornada de colegio. Su madre le despide con efusión. El niño, contento con su chándal recién estrenado, entra decidido. Sorpresivamente mamá se abalanza sobre él y lo cubre de besos. La educadora comprensiva les espera amablemente. “Venga para dentro, que es la hora”.
Mario se dirige, sin tanto entusiasmo, con otros compañeros al patio. Se gira al escuchar un repiqueteo nervioso en el ventanal. “Jandruchi, Jandruchi, abrígate bien, que hace mucho frío”. Obedece, cierra la cremallera hasta el tope, a pesar de que el sol luce con todo su esplendor. Sonrisa materna de circunstancias mal disimulada. Mario duda. Se encamina hacia el interior flaqueándole el ánimo. Nuevo golpeteo ansioso de nudillos. “Acuérdate de comerte las galletitas, cariño, que estás muy débil y necesitas alimentarte”. Faz lívida de madre angustiada. Mario rompe a llorar. Corre gritando “mi mamá, mi mamá”. Del otro lado de la cristalera se oye “hijo mío, hijo mío”.
A partir de aquel día por orden de la directora se puso un termo de tila a disposición de los padres que deseasen degustar, sin límite de tazas, tan sabrosa infusión caliente.
Este fragmento extraído del libro “Miedos y temores en la infancia” de Francisco Xavier Méndez, nos hace ver que el comportamiento de los padres ante las conductas de autonomía del niño es fundamental para la evolución del miedo a la separación.
Los padres que experimentan ansiedad cuando se separan de su hijo pueden contagiarle su miedo.
Os invitamos a pensar y reflexionar en este tipo de situaciones que, sin duda, alguna vez habremos experimentado, bien sea como niños o como adultos.
Saber cómo nos hemos comportado, que repercusión han podido tener nuestras acciones y en qué podemos mejorar es el comienzo de un buen ejercicio que nos hará tener mayor perspectiva y dominio de estas circunstancias.