Cuándo acudir a terapia

Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en niños, adolescentes y adultos hoy vamos a hablar sobre cuándo acudir a terapia.

Acudir a terapia va íntimamente relacionada, primero de todo, con la funcionalidad de la persona. ¿A qué nos referimos con “funcionalidad de la persona”? A cuando en nuestro día a día aparecen situaciones que no sabemos cómo gestionar y que nos afectan anímicamente.

Un malestar que puede tener muchas ramificaciones, pero que siempre nos lleva a un estado de ánimo negativo que no somos capaces de gestionar.

Otra de las claves, la pérdida de control. Y es que cuando una persona carece de sensación de control, la incertidumbre suele apoderarse de la misma, y su funcionalidad y bienestar se tambalean.

Cualquier dificultad desde la ansiedad, problemas de conducta de hijos, depresión, sueño, adicción, relaciones sexuales… Problemas relacionados con circunstancias traumáticas como un duelo, una ruptura sentimental… Problemas relacionales: trabajo, familia, pareja, hijos, etc.

Cuando sufrimos en cualquiera de estas áreas y no tenemos herramientas para enfrentarlas con éxito, buscar ayuda no sólo será de provecho, sino que denotará sabiduría. Puesto que estamos enfrentando el problema y buscando soluciones, en lugar de evitarlo y dejar que empeore.

Nuestra experiencia nos dice que las cosas no mejoran si no se enfrentan, si no se buscan soluciones.

Cuándo acudir a terapia, viene marcado por el malestar y las ganas de avanzar y mejorar.

Acudir a terapia es buscar soluciones

Si tenemos problemas que en cierto momento de nuestras vidas nos sobrepasan, buscar soluciones cambia por completo la perspectiva. Afrontar con nuevas herramientas, mejor actitud y motivación es el elemento fundamental de toda terapia.

Pero  no sólo puede ser por estas razones, sino que también existe la poderosa tesitura de querer mejorar, esto es, crecimiento personal.

Desde gestionar mejor emociones, mejorar nuestras capacidades, enriquecer nuestra manera de enfrentarnos a las dificultades, nuestra sociabilidad, asertividad, autoestima, liderazgo…

Acudir a terapia puede ser ese espacio de dedicación personal para mejorar, para ver con más perspectiva, para aprender… Y sí, también para desahogarnos. Porque es imprescindible tener en cuenta que lo que se trata en consulta, en consulta se queda. Tener un espacio de seguridad donde tratar nuestros problemas con confianza y sin miedo a ser juzgados. El código deontológico avala esto, unido a la privacidad, factor elemental que fragua toda relación terapéutica.

Saber pedir ayuda, es sinónimo de fortaleza y valentía, no de debilidad. Así que si te encuentras mal, si llevas tiempo que no disfrutas como antes, si algo no funciona y no sabes cómo solucionarlo no dudes más, no alargues el malestar y ¡haz terapia!

Si os queda alguna duda podéis hacer uso de la consulta informativa gratuita y os las resolvemos, ¡venir a conocernos!

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