Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, hoy os hablamos sobre la sensación de capacidad y la importancia que tiene para nuestra autoestima.
Cuando hablamos de autoestima, habitualmente lo hacemos pensando en ese conjunto de pensamientos, sentimientos y percepciones sobre nosotros mismos, que terminan por ser una evaluación propia. Esta evaluación o valoración de nosotros mismos, que fluctúa con el tiempo y con las circunstancias, conlleva muchas variables detrás que fundamentan el resultado de cada valoración concreta.
Pues bien, hoy queremos destacar una de esas variables: la capacidad
Y la importancia de la sensación de ser capaces a la hora de alimentar no sólo nuestra autoestima, sino también la confianza y seguridad a la hora de obrar.
Y es que, la sensación de capacidad es esa condición propia para verse habilitado para ejecutar una tarea o actividad. Ya no es solo la idea de que podemos hacer algo, va más allá, es visualizarse en la ejecución y sentir y saber que podemos tener éxito.
Sentirse “capaz” nutre nuestra autoestima como ninguna otra variable. Saber que podemos desde la profundidad de dicho pensamiento contribuye decisivamente a atrevernos a intentar.
Todo esto, por supuesto, es algo que debe comenzar en la infancia, con una educación adecuada. Adiestrar nuestras habilidades y aptitudes, alentar la posibilidad de consecución de éxito y la experiencia del ensayo y error son parte vital del proceso para sentirnos capaces ya en la infancia. Reforzar esos pequeños progresos del día a día fortalecerá dicha sensación, que también tendrá que ser analizada y vista por uno mismo.
No estamos hablando de la utopía de verse capaz de hacer cualquier cosa. Estamos hablando de la evaluación continua de nuestras habilidades que posibilitan nuestro avance y superación en cada etapa vital.
Si me veo capaz, es decir; “si soy capaz”, voy a hacerlo
Y es evidente que no siempre esto será sinónimo de éxito a la primera. Pero si después del primer intento errado seguimos viéndonos capaces de realizar algo, estamos en el buen camino. Será importantísimo ver qué falló, dónde debemos poner más atención… pero en el fondo estamos asumiendo nuestra sensación de capacidad. Si a esto le añadimos una buena actitud y tesón, estaremos cada vez más cerca de la meta.
Sentirse capaz, en el día a día, es un elemento realmente poderoso. Sentirse capaz en la adversidad, puede ser el elemento diferencial que nos lleve a superar una situación complicada.
Como seres humanos podemos hacer cosas increíbles. Pero ninguna de esas hazañas habría sido posible sin la actitud adecuada, esto es, la parte mental.
La fortaleza psicológica viene generada desde muchos puntos, pero la ligada a la autoestima y la actitud motivacional son claves para abordar cualquier objetivo o reto. No tenemos que estar pensando en la ascensión a una gran montaña, también podemos estar haciéndolo sobre la superación de una ruptura o el duelo por un ser querido. Sentirse capaz de algo no tiene que ser siempre llevado a lo épico, sino que en la mayoría de las ocasiones irá ligado a las cuestiones cotidianas del día.
La suma de estos retos conseguidos, gracias a haberlo intentado por sentirnos capaces, día tras día, hará que nuestro bienestar se acreciente.
Y tú, ¿te sientes capaz?