Ya se han acabado las vacaciones de verano para la mayoría, y con la llegada de septiembre y la vuelta al cole y al trabajo, regresamos a las rutinas. Por eso desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, os damos las claves para reincorporarnos de la mejor manera.
El llamado síndrome post-vacacional es la etiqueta que ponemos al estrés, ansiedad o presión que en ocasiones suele suponer volver a la rutina tras las vacaciones. Existe mucha polémica dentro de la comunidad científica al respecto sobre si es o no un trastorno, pero no se trata tanto de entrar en esta discusión, sino ayudaros a enfocar de la mejor manera la vuelta tras el descanso.
Así que os dejamos cinco pautas para que la incorporación sea lo mejor posible:
1- Tratar de recuperar los horarios habituales los días previos al comienzo. No llegar de vacaciones de sopetón, hacerlo de manera gradual y agradable. Necesitamos horas de sueño y horarios regulares, en los que nuestros ritmos circadianos estén bien estructurados. Tras días de excesos, debemos dar importancia a esta cuestión, ya que dormir bien es esencial para enfrentarse a cualquier circunstancia, y la vuelta a las labores lo es. Con lo cual incorporarnos a los horarios del trabajo o colegio unos días antes de empezar será de gran ayuda, para ir acostumbrándonos (acostarnos y levantarnos antes).
2- Volver de menos a más, sin exigirnos la perfección el primer día. Debemos coger ritmo y asumir que tendremos acumuladas tareas que no podemos resolver el primer día. Ser capaces de priorizar y entender que no podemos llegar a todo es vital. Una buena organización, a través de agenda, buenas relaciones con los compañeros y jefes, es más que aconsejable. Además, tener claro que no debemos llevar trabajo para casa.
3- Aceptar la situación, afrontándola de forma proactiva. Pararnos a reflexionar en que debemos enfrentarnos a la realidad y que la actitud que tengamos facilitará o dificultará la vuelta. Tener perspectiva, ver que tenemos trabajo, que sabemos desenvolvernos en él, que hay propósitos en su realización… Llevarlo con cierto sentido del humor y entendiendo que tenemos ciertas obligaciones que también nos permiten tener tiempo de ocio y disfrute.
4- Realizar actividad física. Si analizamos la sintomatología de este tipo de situaciones, caeremos en la cuenta de que la ansiedad está más que presente. Debemos saber que independientemente de la intensidad del ejercicio, realizar una actividad física es uno de esos pilares que nos ayudará a retomar y volver a adaptarnos a la rutina. Hacerlo tanto solos como acompañados, sabiendo que es tiempo para nosotros y entendiendo que si nos organizamos bien, en nuestro día a día habitual no sólo trabajamos.
5- Llegar a casa y desconectar de las obligaciones y disfrutar con los nuestros es esencial no solo en la vuelta tras vacaciones… sino en la normalidad. No en vano, la variable tiempo, dedicado tanto a nosotros como a los nuestros, es lo más importante.