Salud mental en adolescentes

Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y terapia familiar, abordamos la salud mental desde el prisma de las autolesiones e intentos de suicidio durante la adolescencia.

Algo está ocurriendo cuando en 2019 hubo 7 muertes por suicidio en menores de 15 años y en 2020 hablemos de 14 solo en el Principado de Asturias. Las cifras subieron preocupantemente.

Y el panorama no es especialmente mejor en la actualidad… los ingresos hospitalarios también están creciendo significativamente, así como los intentos autolesivos.

Frente a esto surgen las primeras preguntas e intentos de solución:

¿Cómo podemos ayudar a nuestros adolescentes?

¿Cómo gestionar su malestar?

Lo primero es saber que halar con ellos de sus pensamientos suicidas es positivo (aunque no sea sencillo). Los mayores debemos terminar con dicho tabú, con sutileza, pero con naturalidad. Deben ser conscientes de que pedir ayuda es de sabios y de valientes, y que lejos de reñirles se les mostrará apoyo incondicional. Siempre hay una salida aunque no se vea clara en determinado momento.

Por lo tanto, en esas charlas es crucial mostrar que las crisis no duran para siempre y que existen muchas razones para vivir si nos paramos a pensar profundamente.

Además, existen servicios especializados que brindarán su mejor ayuda siempre que lo pidan, y cuanta más información tengan de cada caso, mejor podrán abordarlo.

Animarles a salir con los amigos es positivo y efectivo. Estar con los amigos y tener que gestionar problemas desde el punto de vista de otro igual es enriquecedor. Además, es habitual sentirse entendido de manera más poderosa dentro del grupo de iguales.

El mundo digital es relevante

A la par que aconsejamos esas salidas, es vital ayudarles a entender lo digital adecuadamente. Entender que sólo es una parte de la vida y que no deben refugiarse exclusivamente en lo tecnológico. Y si es preciso, los padres tendrán que generar normas y pautas para que el tiempo no se “gaste” en este medio únicamente.

Como padres debemos ser pacientes, a través de una escucha activa y valorando de la forma más realista hasta qué punto los problemas son livianos o graves en función de cómo se planteen. La comunicación en casa es esencial, y la creación de confianza será uno de esos resultados que no se ven de un día para otro, aunque será de vital ayuda.

Existen cuestiones propias de la adolescencia que debemos asumir… siendo conscientes y estando atentos para que no desemboquen en problemas. La toma de decisiones siempre es de los padres, por más que se escuche a los hijos. No debemos delegar nuestras responsabilidades, ya que los adolescentes necesitan esa jerarquía bien visible (aunque manifiesten detestarla).

La prevención sin lugar a dudas es la vía más importante para luchar contra este problema. Servicios como el teléfono 024 de atención a la conducta suicida están a nuestro alcance y debemos saberlo y hacérselo saber a ellos. Esos servicios requieren de ese paso previo que no es otro que hablar, expresarse… sea con amigos, familiares o profesionales.

Para ello todos debemos concienciarnos y facilitar la comunicación al respecto, rompiendo tabúes, como comentamos antes.

Esta sería la base del afrontamiento, no dejarnos vencer por el miedo y centrarnos en las soluciones empezando por escucharles y ofrecerles nuestro apoyo y ayuda.

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