Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, hoy os vamos a hablar sobre las infidelidades y sus repercusiones.
Es un tema que aparece constantemente en la prensa del corazón, y que quizás forme parte del día a día de muchas de las conversaciones que tenemos. Aun así, nadie quiere verse envuelto ni estar en el centro de una historia de infidelidad, nos genera problemas, discusiones y además afecta de forma muy potente a nivel psicológico debido a su gran impacto emocional.
Cuando se da una infidelidad en la pareja, el factor confianza se ve traicionado y a partir de esto las secuelas y problemas se multiplican. No hablamos de que la relación se termine o finalmente siga adelante, sino de los efectos que genera ese impacto. Y el principal efecto es la incertidumbre, la inestabilidad y la falta de seguridad.
Entre las repercusiones estaría la pérdida de autoestima, quizás por la desvalorización y a la propia autodevaluación que se infringe (no le gusto lo suficiente, ya no me quiere, prefiere a otr@…). Algo que va acompañado de vergüenza y culpa, sobre todo en los primeros momentos, aunque evidentemente para nada debiera ser así.
Enfados, ira, rencor, ansiedad… preguntas y más preguntas que lo único que generan son un bucle infinito de desasosiego.
A la larga hablamos de pérdida de confianza para relaciones venideras, así como suspicacias, reproches continuos, control o celos.
Podemos llegar a pensar que si esa persona nos ha hecho eso, es entonces posible que todas las personas se comporten así. Una generalización para nada basada en argumentos que puede condicionar por completo nuestras relaciones.
La ruptura de la confianza es inmediata, pero su recuperación requiere de bastante tiempo y actos que la confirmen. Esto puede llevarnos a muchos conflictos diarios, que para nada serán de ayuda.
La inseguridad es una clara consecuencia tras una infidelidad
El dolor a nivel emocional, si no es bien gestionado, puede llevarnos a vivir con ansiedad y a mayores incluso llegar a una depresión. Aquí entra ese malestar ligado a la creencia de que uno no vale para nada, que es normal que le hayan hecho eso… Aislarse socialmente, dejar las actividades del día a día, evasión a través de sustancias… Dichas ideaciones no son para nada racionales, pero pueden llegar a ser experimentadas si no tratamos de ver las cosas con perspectiva. Y es que, realmente se precisa una mirada que esté por encima de las emociones que estamos experimentando, ya que si algo no es la persona que está viviendo esto, es culpable.
Una infidelidad no es el fin de una persona para nada. Puede ser o no el fin de una relación, eso es otra cosa.
Cuesta ver un horizonte en un primer momento, pero con seguridad se podrá seguir adelante y llegar a una recuperación. No debemos avergonzarnos, no estamos solos, podemos pedir ayuda…
La vida es un continuo aprendizaje y probablemente así sabremos mejor lo que no queremos en nuestras vidas.