La ansiedad y las redes sociales

Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, hoy queremos profundizar en la anestesia que generan las redes sociales mal utilizadas.

Las redes sociales ya forman parte de nuestras vidas a estas alturas. Dependiendo de la edad es probable que sean una parte más o menos activa… pero en cualquier caso todo el mundo es conocedor de los conceptos básicos que atañen a las redes (solicitud de amistad, publicación, comentario, etc.). Y por supuesto, esto ha cambiado en parte las relaciones sociales, ya que una parte que antes no existía, ahora se ha convertido en una cuestión importante: nuestro yo virtual.

Cuando hablamos de yo virtual, estamos haciendo referencia a esa parte que «enseñamos» en las redes sociales, y que habitualmente no muestra nuestras carencias y problemas, sino la parte positiva y aparentemente maravillosa.

La edad y madurez será un factor vital para ser capaces de gestionar sanamente las redes sociales, la imagen que damos y el impacto que pueda generar.

A edades tempranas, discernir este tipo de factores no resulta tan sencillo como pudiera parecer, y esto genera un sinfín de complicaciones que van desde la envidia a la baja autoestima, pasando por la comparación constante o el malestar. Pero como todo el mundo está ahí (desde famosos a tus primos), es difícil ver más allá en ocasiones. Y como además es entretenido, visualmente muy potente y muy adictivo, nos encontramos ante la tormenta perfecta.

Decir que las redes sociales son malas supone un reduccionismo absoluto. Las redes sociales tienen muchísimas cosas buenas, posibilidades inimaginables hace años, y en definitiva opción que bien manejadas pueden facilitarnos la vida: contacto directo, facilidad, inmediatez, etc.

Cualquier herramienta puede ser usada bien o mal

Sin embargo como cualquier herramienta, si no la usamos bien, puede ser problemática.

Es lógico pensar, por ejemplo, que los coches han mejorado nuestra calidad de vida. Pero si no somos capaces de hacer un uso responsable, los accidentes supondrán un gran problema. Algo así está ocurriendo con las redes sociales. Se ha pasado de un uso casi experimental, a un mal uso… llegando al abuso y en muchas ocasiones a la adicción. En MA Psicólogos es habitual que nuestros pacientes nos consulten en terapia preocupaciones sobre la gestión que hacen sus hijos de las redes sociales o somos nosotros los que detectamos, detectamos los síntomas del mal uso tanto, en niños adolescentes como adultos (ansiedad, depresión, baja autoestima, aislamiento social, pérdida de habilidades sociales…).

Y este es el asunto, como «perdemos» tiempo con las redes en lugar de «invertirlo». Estamos hablando de una tendencia que se está posicionando como mayoritaria poco a poco.

No tenemos más que ir a la calle y fijarnos en lo que ocurre. ¿Por qué tantas personas están mirando el teléfono móvil? ¿Acaso tienen todos una urgencia? La respuesta es conocida, ¡no! Pero las redes enganchan, y en ese proceso tiene mucho que ver que aparentemente no estamos solos. Estamos viendo la vida de otros, o entreteniéndonos, en lugar de saber estar con nosotros mismos. ¿Por qué cada momento que no tenemos que hacer nada sacamos el móvil? Fijémonos en una marquesina del bus o una parada del tren. Anestesia en directo. Ojos en la pantalla, dedo deslizándose continuamente sin mayor afán que seguir hasta el infinito… o hasta que la batería aguante.

Este no es el uso de la tecnología que creemos positivo. Pero todo tiene que partir de una reflexión personal: cómo estamos usando las redes sociales. Hacer una autocrítica positiva y ser conscientes de qué uso queremos hacer. Evidentemente, esta reflexión es mucho más complicada para un joven adolescente. Es por ello que debemos, para empezar, por dar ejemplo. Y para seguir, educar en esta faceta, comunicándonos mucho y poniendo ciertos límites.

Nuestro «yo virtual» está bien, pero no nos olvidemos de nuestro «yo real». Ese que antes de la llegada de las redes sociales nos definía y que por ello requiere unos cuidados. Cuidados que debemos priorizar asumiendo que siendo equilibrados podemos compaginar tecnología y vida real con armonía. ¿Te atreves a intentarlo?

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