Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos hoy queremos trasladaros la importancia que tiene la alimentación para nuestra salud mental.
A estas alturas ya sabemos que la alimentación es fundamental en nuestra salud física. Muchas veces potenciado también por la imagen, pero bien es cierto que cada vez manejamos más información sobre nutrición.
Una buena alimentación nos previene de problemas y enfermedades, así como fortalece nuestro sistema y lo mejora.
Pero la cuestión es que numerosos estudios avalan la idea de que no sólo los efectos de una buena alimentación tienen que ver con la parte física, sino también con la psicológica. En realidad, somos un único organismo y todas las partes se interrelacionan, haciendo que en este caso una buena alimentación sea clave también en lo psicológico.
Se ha encontrado relación entre una dieta pobre y el empeoramiento de los trastornos del ánimo, sobre todo ansiedad y depresión. No estamos hablando del factor determinante ni mucho menos, pero sí de un vínculo que, bien tratado, puede favorecer nuestra salud mental. Puesto que si nuestro cerebro no está bien alimentando, sus funciones también se ven afectadas. Tanto para la mejora ante problemas psicológicos, como para su funcionamiento en general.
Y por supuesto que todo lo que sume para nuestro bienestar debe ser tomado en cuenta con seriedad.
Es curioso como uno de los resultados más positivos obtenidos tiene que ver con nuestra famosa “dieta mediterránea”. Como sabemos esta dieta que es rica en aceite de oliva y verduras entre otros productos, puede tener relación con un blindaje y protección de nuestra parte mental. No son evidencias sólidas y queda mucho por descubrir pero si sabemos que existe relación. Parte de los retos futuros vendrá por estudiar en profundidad este campo.
El cerebro humano consume mucha energía
Y no todos alimentos nos aportan de la misma manera, cada alimento contiene diferentes nutrientes, vitaminas, etc.
Se han encontrado evidencias deficitarias de algunos nutrientes específicos en personas con trastornos. Algunos de ellos son ácidos grasos (pescados y aceites de plantas), minerales como el zinc, magnesio o hierro (carnes, frutas, huevos, leche…), vitaminas B, C y E…
Por esto tomarse en serio una alimentación rica y variada es fundamental, más si cabe durante la infancia. Así que, en esta era donde tenemos tan poco tiempo, es casi una obligación el replantearse nuestra dieta y dedicarle el tiempo adecuado.
Debemos invertir en nuestra salud, y hacerlo desde distintos ángulos pasa a ser imprescindible. Alimentación y deporte suelen ir de la mano, pero aquí no estamos hablando sólo de vernos bien físicamente (que efectivamente también tiene una gran repercusión a nivel emocional, empezando por nuestra autoestima). Hablamos de prevención y fortalecimiento.
Comer cualquier cosa para quitárnoslo del medio carece de sentido. Y sí, el hecho de dedicarle esfuerzo a esto también nos recompensará a nivel autoestima, ya que la sensación de logro y utilidad están altamente relacionadas con estos factores.
¡Cuidemos de nuestra alimentación para mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud mental!