Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, hoy vamos a tratar la conciliación entre el ocio, disfrute personal y responsabilidades familiares.
Vivimos en un mundo donde uno de los bienes más preciados es el tiempo. Estamos constantemente corriendo de un lugar a otro tratando de realizar todas nuestras obligaciones de la mejor manera posible. Trabajo, estudios… Esto se puede hacer aún más difícil con pareja, o cuando la familia crece y se crea un eslabón más (que requiere dedicación y cuidados).
La rueda sigue girando, pero llega nuestro día de descanso. ¿Qué hacemos? ¿Hacemos lo que realmente nos apetece egoístamente? ¿Tratamos sólo de agradar y contentar al resto?
Sin duda no es un tema baladí, y de resolución dependerá nuestro bienestar. Si somos personas con inquietudes y hobbies, es muy probable que tengamos ganas de realizar esas actividades que no podemos hacer más habitualmente debido a nuestras obligaciones. Pero claro… no estamos solos, y quizás nuestra pareja quiera hacer algo con nosotros, o nuestros hijos tengan sus propias actividades que requieran supervisión. Un factor clave en todo esto es la planificación.
Organización como punto de partida
Debemos organizar nuestro tiempo de la forma más eficiente posible, ya que de ello dependerá llegar al máximo de actividades, sin dejar a nadie de lado, ni siquiera a nosotros mismos. En este ejercicio de planificación, cobra especial relevancia la empatía. Ponernos en el lugar del otro y entender sus necesidades y deseos nos ayudará a una mejor confección de los planes.
Debemos entender que no tenemos por qué abandonar nuestros hobbies, pero que la nueva situación exige cierta modulación en la intensidad y frecuencia de su realización, ya que hay más actividades en la familia, que además también nos pueden generar buen clima y bienestar. Tan importante es el disfrute personal como la sana mirada de la realización de actividades de ocio de los que nos rodean. Organizándonos podemos jugar ese partido de tenis por la mañana mientras nuestra pareja cuida de nuestro hijo, para después ocuparnos nosotros de la limpieza o de las actividades del niño mientras la pareja disfruta de su hobbie favorito. No sólo eso, también podemos (y debemos) organizar actividades para todos, buscando algo que tenga cierto gusto compartido. Da tiempo a hacer muchas cosas en un día, la clave es la motivación para buscar tiempo, las ganas por realizar una buena planificación y el entendimiento de las necesidades del otro.
Si conseguimos esto, esperaremos al día de descanso con una mirada muy positiva que tendrá un componente muy sano y que no generará frustraciones ni en nosotros mismos ni en la pareja. Convivir en pareja es negociar y ser flexible en muchas ocasiones, y por supuesto habrá un fin de semana en el que una parte de la pareja tenga algo planificado extraordinario y la otra parte tendrá que adaptarse. Lo que no puede ocurrir es que siempre se adapte a todo la misma parte de la pareja. Buscar conciliación, comunicación y respeto ayudará enormemente a que no se generen problemas o malos ambientes debido a este tema. Y es que, debemos plantear el tiempo de ocio como una oportunidad para pasar un buen rato y no todo lo contrario. ¿Te atreves a intentarlo?