Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a abordar en esta ocasión un tema nada fácil de tratar: los prejuicios.
Un prejuicio es un concepto formado sobre alguna persona, objeto o idea de forma anticipada, algo que distorsiona sin duda nuestra percepción. En otras palabras, un prejuicio es un “juicio” “previo”. Juzgamos con anterioridad algo sin tener pruebas o conocimientos suficientes para tener una opinión formada y objetiva.
De alguna manera todos los tenemos en mayor o menor medida. Ya sea a través de la forma de vestir, grupos sociales, razas… Muchos de ellos vienen dictaminados por la influencia que ejercen sobre nosotros los demás, aunque a veces también se generan a través de procesos personales como la generalización de situaciones o experiencias negativas vividas. Sus consecuencias más inmediatas son tener una mente más cerrada, juzgar a los demás injustamente, trato inadecuado a terceros, poner barreras a otras personas, aislarnos… Los prejuicios actúan directamente sobre el respeto que damos a los demás. Para mejorar en esta variable, debemos ser más considerados, con formas tan sencillas como escuchar con la mente abierta, prestando atención, aprendiendo a descubrir, reconocer y recompensar cualidades de los demás, dando nuestra opinión sin herir, aceptando diferencias…
Las consecuencias sin duda irán encaminadas a tener mejores relaciones con los otros, mejorar nuestra comunicación, confianza, mayor comprensión y empatía.
A continuación, podéis ver un vídeo que ilustra perfectamente todo esto… en nuestra mano esta la posibilidad de seguir mejorando y dándonos cuenta de que con pequeños pasos podemos crear un mundo mejor. A nivel educacional, es fundamental fomentar este tipo de mirada, máxime cuando la situación actual tiende a complicar mucho este tipo de planteamiento. Los prejuicios influyen decisivamente en las primeras impresiones… estamos a tiempo de tomar conciencia sobre ello.