Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar acerca de la importancia de una buena organización de nuestro tiempo.
Existen diferentes tipos de personas atendiendo a su forma de organizarse. Desde el caos absoluto a la medición completa de cada uno de sus movimientos. Sin duda las cosas no tienen que ser todo o nada, ya que desde luego, hay momentos vitales que requieren de gran planificación, y otros no tanto. Sin embargo, y si atendemos a aspectos que comparten las personas que tienen una buena inteligencia emocional o buena manera de gestionar sus vidas, veremos que ser dueños de su tiempo es una seña de identidad muy positiva.
¿Por qué? Por varias razones. Para empezar una buena organización supone un planteamiento de objetivos para el día a día, y su cumplimiento ayuda a nuestro sentimiento de utilidad, capacidad y autoestima. Por otro lado, esto reforzará la forma en la que el resto nos vea en cuanto a profesionalidad y eficiencia. Además, crearemos una rutina, lo que significa que nos acostumbramos a ciertos patrones, que terminan generando un hábito que ayuda a la forma en que encaramos los retos. Esta forma activa de afrontar los acontecimientos disminuye notablemente la postergación así como reduce nuestro nivel de preocupaciones. Conforme nos ocupamos de las cosas que tenemos por hacer, el nivel de incertidumbre y preocupación desciende poderosamente. Puede parecer un hecho baladí, pero en realidad, esto permite que podamos disfrutar más y mejor del presente, no estando constantemente pensando en futuras acciones.
Anticípate y visualiza tu tiempo
Todo esto, no sólo influye en nuestro círculo de obligaciones, sean laborales o cotidianas, sino que provoca que nuestro tiempo rinda más y podamos dedicarnos a nuestro disfrute de una mejor manera. Ser capaces de gestionar adecuadamente nuestro tiempo nos invita a pensar también en nuestros gustos y hobbies, sabiendo cómo sacar momentos para su ejecución. No se trata de ser máquinas cuadriculadas, sino de anticiparnos y visualizar el tiempo para cada acción, teniendo en cuenta nuestros puntos fuertes y puntos débiles. Algo que a veces no tenemos en cuenta es el tiempo para imprevistos. Ser capaces de ver este tipo de cuestiones determina el que tengamos ese “as en la manga” que nos saque de potenciales situaciones comprometidas.
Esta forma de prever nuestro día a día invita a la actividad y cumplimiento de objetivos. No es algo que se pueda conseguir instantáneamente, ya que supone un gran esfuerzo o gasto emocional. Es imprescindible un buen manejo de expectativas y una creación de objetivos adecuada, proporcional y cumplible. Estos objetivos deben ser a corto plazo para que su consecución motive seguir en la línea adecuada.
Que el tiempo no se apodere de nosotros y digamos frases como “¿Ya son las nueve?”, depende de cómo gestionemos esta variable. No es sencillo, pero es posible. Tener control sobre cualquier variable ayuda a nuestra seguridad y confianza, siendo el tiempo, si cabe una de las más importantes en este sentido. Otras cuestiones como la puntualidad, el cumplimiento de fechas de entrega, consciencia de citas o quehaceres… están directamente influidas por ello. Tenemos la oportunidad de mejorar… ¿te atreves?