Paciencia y consistencia para lograr tus metas

Desde MA Psicólogos, especialistas en niños, adolescentes y adultos vamos a hablar sobre la importancia de la paciencia y la consistencia a la hora de lograr nuestras metas.

En un mundo en el que la instantaneidad se ha convertido en una de las variables más destacadas, lograr metas u objetivos a largo plazo supone un esfuerzo con dificultades añadidas. Si bien es cierto que siempre hablamos de la importancia que tiene ponerse metas a corto plazo, para ser específicos en las tareas y además añadir ese plus de motivación, no deja de ser una realidad que en algunas ocasiones hay que prolongar en el tiempo dichos objetivos. Una vez definida dicha meta, tiene una relevancia clave el hecho de descomponerla para hacerla más asequible. Pero cuando hablamos de metas a largo plazo, hablamos también de variables como paciencia, tolerancia a la frustración o control de nuestros impulsos.

La paciencia es una variable imprescindible en este sentido. Una gran virtud en su favor es que es mejorable, y por tanto se puede entrenar. A lo largo de nuestras vidas, si nos paramos a reflexionar, nos daremos cuenta de que nacemos con “paciencia 0” y que con el tiempo vamos incrementando dicha capacidad. Tener ganas de conseguir dicho objetivo a largo plazo, sea cual sea, pone a prueba esta variable. Relativizar la importancia que le damos a ese impulso es un buen ejercicio en ese sentido. No somos robots y por tanto en mayor o en menor medida tenemos impulsos a la hora de querer conseguir las cosas de la forma más rápida. Y cuando no se consiguen las cosas ya… comienza la frustración.

La instantaneidad del mundo actual, en el que casi todo se puede obtener a través de un click es un grave obstáculo para este tipo de objetivos. Sin duda las cosas que merecen la pena conllevan un esfuerzo y un tiempo, y precisamente ahí está su valor. Poner a prueba nuestra tolerancia a la frustración es otro buen entrenamiento de cara a mejorar en estas cuestiones. Ser conscientes de que queremos alcanzar una meta o conseguir algo y que aún no podemos debido a los plazos que se requieren es parte de nuestro crecimiento para entender con perspectiva la realidad. Bien entendido, todo esto nos ayudará a valorar de una mejor manera lo conseguido, pero también nuestras acciones para llegar a ello. Esto influye en nuestra autoestima, fomentando una buena visión de nuestro trabajo para la obtención de aquello que nos habíamos fijado así como un entrenamiento para futuras situaciones.

La vida supone un camino en el que no dejamos de aprender, y parte de que este aprendizaje se haga visible tiene que ver con la valoración de nuestro trabajo y la consecución de metas. No siempre es fácil y en muchísimas ocasiones surgen inconvenientes y problemas para llegar a los objetivos, pero la lucha y la persistencia resultan claves para alcanzarlos. Ser consistentes y pacientes son dos cuestiones que podemos mejorar con todo este trabajo comentado anteriormente… ¿Te atreves a intentarlo?