Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre la importancia del descanso.
Todos necesitamos descansar, y la mejor manera es el sueño. Está claro que vivimos en un mundo con un ritmo frenético, y si no somos capaces de tener un descanso reparador, estaremos a remolque continuamente. El sueño no es sólo imprescindible para el descanso físico, sino también para la mental. Es evidente, cuando hemos descansado, lo notamos en nuestra funcionalidad y operatividad, energía, humor, estado de ánimo…
No todos necesitamos las mismas horas de sueño para sentirnos descansados, pero existe cierto consenso en que una persona adulta como promedio necesita 8 horas aproximadamente. Durante el crecimiento se precisan más horas, dependiendo del momento evolutivo. Ahora bien, cada individuo es diferente y aquí debemos valorar cada caso. Conocernos y saber el tiempo de descanso que necesitamos. Es decir, ser conscientes de nuestras particularidades. Algunas personas con 6 horas de descanso son perfectamente funcionales, otras, en cambio, precisan 10.
Necesitamos que nuestro sueño sea reparador
En nuestro ciclo de sueño tenemos 4 fases, 2 de sueño ligero y 2 de sueño profundo a la que se añade la fase REM (MOR en castellano, movimientos oculares rápidos). Pues bien, sin entrar a diseccionar estas fases, no todos transitamos de la misma manera de unas a otras, y esa es la razón de que haya diferencias entre las distintas personas. Nuestros ritmos circadianos son la explicación.
Hay personas que les cuesta quedarse dormidas, otras sin embargo no consiguen profundidad en su sueño, otras si se desvelan no lo recuperan, etc.
Pues bien, existen un montón de condicionantes para que nuestro sueño no sea reparador: consumo de sustancias estimulantes (café, té, bebidas energéticas, alcohol…), uso de teléfono móvil, televisión, etc.
Y por supuesto condicionantes psicológicos como preocupaciones, ansiedad, etc.
No dormir lo suficiente nos afecta en todos los sentidos, desde la irritabilidad a la falta de liberación de hormonas necesarias para nuestra vida.
¿Cómo mejorar nuestro sueño?
Partiendo de ser conocedores de nuestras características individuales, podemos instaurar pautas que sirvan de ayuda:
- Generar rutinas es muy positivo, es decir, tener horarios fijos que solidifiquen nuestros hábitos.
- Evitar sustancias excitantes o alcohol y nicotina también es algo a tener muy en cuenta.
- Hacer deporte regularmente
- No cenar demasiado.
- No dormir siestas largas.
- Tener un entorno relajante, nuestro dormitorio, temperatura, cama y orientación de la misma es importante.
- Tomar el sol durante el día.
- Evitar distracciones tecnológicas que nos condicionen la conciliación del sueño.
Estas son solo algunas de las pautas generales y básicas que podrán mejorar nuestro descanso, pero no cabe duda de que analizar cada situación y persona es elemental, y buscar ayuda profesional llegado el caso, nuestro mejor consejo.