El problema del acoso escolar o bullying

Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, hoy os vamos a hablar sobre el acoso escolar o bullying.

Cuando hablamos de acoso escolar nos estamos refiriendo a cualquier forma de maltrato, bien sea psicológico, verbal o físico entre estudiantes y de forma reiterada en el tiempo.

En un principio el acoso solía desarrollarse en el aula, patio y alrededores, pero ahora, en la era digital, ya se extiende a redes sociales y nuevas tecnologías (ciberacoso).

No debemos confundir el acoso con actitudes puntuales de los niños, ya que la exposición a la que hacemos referencia es prologada en el tiempo, de forma intencionada y con daños que se van sumando y acumulando, hasta afectar tanto a la salud mental como a la física de la víctima.

Hablamos de situaciones en las que uno o varios acosadores se meten sistemáticamente con las víctimas.

Ciertamente el desencadenante al que debemos apuntar es una falta tremenda de empatía por parte de los acosadores que puede venir derivada de otras carencias o problemas. Cómo actitudes violentas, vejaciones, insultos…

Normalmente, las consecuencias que nos podemos encontrar son ansiedad, irritabilidad, inseguridad, insomnio, pesadillas, tristeza… Pero sobre todo en las víctimas solemos encontrarnos con conductas de evitación, de no querer asistir a las clases, de miedo.

La prevención es clave

La prevención es un arma imprescindible en esta cuestión, tanto en las propias clases, a través de una comunicación fluida entre alumnos y familias, como a través de charlas informativas o en la propia educación desde casa. Crear buenos climas escolares, donde los niños se sientan seguros, es parte importantísima para reducir las posibilidades de acoso. Esto, unido a una vigilancia adecuada por parte de los profesores para que la convivencia sea positiva en aulas, patios, pasillos…

A parte de estos indicadores, debemos estar atentos al uso de las tecnologías, ya que actualmente el acoso puede continuar en la distancia. No sólo atendiendo a que nuestro hijo sea una potencial víctima, sino también para que no pueda convertirse en acosador.

Si desde las casas trabajamos en la misma dirección, el acoso tiene mucho menos poder

Por supuesto desde la niñez, este tipo de herramientas fomentan un crecimiento más sano y libre de conductas tóxicas, ya que sin ellas llegar a la adolescencia supone riesgos mayores.

Suele ser muy frecuente que el acosado disimule o niegue su problema. Bien sea por vergüenza, miedo… Que el acoso escolar no se convierta en tabú es trabajo de todos. Poner en marcha soluciones desde el propio colegio, casa, otras actividades extraescolares y no permitir el aislamiento y sufrimiento de las víctimas a tiempo,marcará la diferencia. Ser conscientes de la gravedad del bullying es el primer aspecto que debemos tratar con los niños a edades bien tempranas.

Prevenir y proteger dentro de las aulas como compañeros será lo que pueda ayudar de forma poderosa a eliminar esta lacra que tiene efectos nocivos a la larga en el desarrollo de la persona.

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