Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos, vamos a hablar sobre la importancia que tiene dar valor a nuestros logros.
En un momento social en el que se pone mucho más énfasis en decir lo que está mal o criticar cuando no se consigue una meta, en MA Psicólogos queremos poner en valor la importancia de darle visibilidad a nuestros éxitos y logros. Por supuesto que no se trata de ser condescendientes, ni de esconder errores, fallos o metas no conseguidas. Es evidente que merecen un análisis y reflexión para ver qué ha ocurrido y cómo podemos mejorar al respecto. Aprender de los errores es de sabios, para evitar repetir dicho fallo en el futuro.
Pero si esto es positivo, valorar nuestros logros no se queda atrás. Parece que vamos enlazando “lo que debo hacer” y no le damos más trascendencia a lo
conseguido , no hay más horizonte. Si nos paramos a pensar, cuando somos pequeños, son nuestros cuidadores quienes valoran constantemente nuestras pequeñas gestas, dándoles relevancia e importancia, aplaudiéndonos.
Cuando somos adultos la cosa cambia. Tener feedback positivo ya no es algo tan habitual (aunque por supuesto existe), y si hablamos de comentarios sobre nuestras actividades, normalmente nos vamos a la parte negativa. Debemos pararnos a pensar que hay que darle valor a nuestros logros para que cobre sentido nuestro día a día, para motivarnos. Saber que no se trata de hacer cosas excepcionales, sino de evaluar nuestro esfuerzo y dedicación frente a las tareas de forma positiva y confiriendo un sentido a cada pequeña meta. Hacerlo es una cuestión de actitud, de entender este pequeño recordatorio como algo a implementar en nuestra rutina.
Si conseguimos dar visibilidad a nuestros logros, probablemente veamos nuestra realidad de una forma más adecuada. No estaremos fijándonos exclusivamente en los fallos, sino en todo el espectro de nuestra realidad. Podremos verlo como “cosas normales”, la cuestión es qué es “normal” para cada persona. Tocar 3 horas el piano puede ser normal para un pianista, pero algo excepcional para otra persona… El pianista no debería pasar por alto lo que ha conseguido ese día de práctica. Lo mismo sucede si no damos relevancia a las tareas que vamos realizando a nivel hogar, laboral, hobbies…
Un buen hábito consiste llevar esto al papel, dejándolo por escrito. Tener una agenda en la que reflejemos lo que vayamos haciendo a la par que organicemos nuestra vida. Podremos tener la sensación al final de la semana de no haber hecho gran cosa, pero si miramos y le hemos dedicado un tiempo a anotar nuestras “pequeñas victorias”, nuestra perspectiva se enriquecerá.
Analizar y reflexionar es algo positivo, pero nuestro foco no puede estar siempre en lo negativo. Es necesario para enmendar, pero perfectamente compatible con hacerlo también con lo positivo.¿Te atreves a intentarlo?