Cada vez es más frecuente el uso de este concepto, la resiliencia, y cada vez son más los interesados en entrenarse en resiliencia. A quién no le gustaría llevar mejor cualquier bache que se interponga en nuestras vidas.
Empecemos por definir el concepto, a qué nos referimos cuándo hablamos de resiliencia. Según la RAE es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.
En neurociencia, se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. En psicología lo unimos a conceptos como la motivación y la autoestima, ya que las personas resilientes superan los obstáculos exitosamente sin pensar en la derrota y aunque haya cosas en contra. Es un comportamiento destacable ante la incertidumbre con resultados altamente positivos. Ven el mundo de forma optimista y tienen buen humor.
La vida nos pone a prueba en muchas ocasiones, el fallecimiento de un ser querido, la pérdida de un empleo, el desamor…No se trata de que estas circunstancias, y otras muchas, no nos afecten, si no más bien de no dejarnos vencer ni caer en el sentimiento de fracaso y sobreponernos, saliendo fortalecidos.
Los investigadores Wolin y Wolin (psiquiatra y psicóloga), no hablan de una resiliencia si no de siete, las cuales van evolucionando a través de cada una de las etapas del desarrollo. Creando el mandala de las resiliencias para apoyar su teoría. En el centro estaría el yo, rodeado de siete pilares que evolucionan y se manifiestan a lo largo del desarrollo:
1. Independencia: ser capaz de establecer límites entre uno mismo y el ambiente adverso.
2. Capacidad de relacionarse: establecer vínculos satisfactorios con otras personas.
3. Iniciativa: capacidad de hacer algo, de hacerse cargo o de ejercer el control.
4. Humor: encontrar un parte cómica en la tragedia.
5. Creatividad: capacidad de crear orden, belleza y finalidad partiendo de un desorden.
6. Moralidad: capacidad de comprometerse con valores.
7. Introspección: ser honesto con uno mismo.
La resiliencia no es una cualidad innata, es algo que todos podemos obtener y desarrollar a lo largo de nuestra vida. Entrenándonos para obtener las habilidades necesarias para enfrentar los retos de la vida. Así que manos a la obra, intentando aprender a no achicarnos cuando no sople el viento a favor.
“Lo que no me mata, me hace más fuerte”
Friedrich Nietzsche
María Arias
MA Psicólogos, consulta psicológica en Oviedo.
Nº Colegiada: O-02117