Desde MA Psicólogos Oviedo, especialistas en terapia para niños, adolescentes y adultos hoy queremos daros las claves para hacer valer y defender de forma asertiva y sana vuestras convicciones.
En los tiempos actuales donde la polarización es más que evidente en muchos temas sociales, sentirnos cómodos y saber hacer valer nuestras opiniones no es algo especialmente sencillo. Incluso a veces, simplemente verbalizarlas ya es complicado. Por eso queremos daros unas claves para que podáis gestionar este tipo de situaciones de la mejor manera posible, y estando cómodos.
Éstas son cuestiones muy ligadas a elementos ya comentados en post anteriormente como la asertividad
https://mapsicologos.com/2022/06/30/sobre-el-concepto-de-asertividad/
https://mapsicologos.com/2021/12/09/que-es-la-asertividad/
Pero exponer nuestras convicciones requiere mayor profundidad y análisis.
Aquí os van las pautas:
– Investiga y comprende el tema: Antes de defender tu opinión, asegúrate de tener un entendimiento sólido del tema en cuestión. Investiga, lee, escucha a expertos y considera diferentes perspectivas para fortalecer tu argumento.
– Sé claro y conciso: Expresa tus puntos de vista de manera clara y directa. Evita la jerga innecesaria o argumentos confusos. Cuanto más claro seas, más efectivo serás al comunicar tus ideas.
– Escucha activamente: Presta atención a las opiniones de los demás, incluso si difieren de las tuyas. Escuchar atentamente te ayudará a comprender mejor los argumentos contrarios y a responder de manera más informada. Mostrar empatía es elemental. Estarás dando ejemplo, precisamente fomentaremos que los demás nos escuchen a nosotros.
– Mantén la calma: Es fácil emocionarse en discusiones acaloradas, pero trata de mantener la calma. El enojo y la hostilidad pueden obstaculizar la comunicación efectiva y alejar a las personas.
– Utiliza evidencia y datos: Apoya tus argumentos con evidencia sólida y datos concretos siempre que sea posible. La evidencia respaldada por datos tiende a ser más convincente que las opiniones personales.
– Evita ataques personales: Enfócate en debatir ideas y argumentos en lugar de atacar a la persona que los presenta. Los ataques personales suelen ser contraproducentes y pueden cerrar la puerta a un diálogo productivo. Este es un punto clave para que un debate no se convierta en otro proceso mucho más desagradable.
– Llegado el caso, sé abierto a cambiar de opinión:Aunque estés defendiendo una postura, mantén la mente abierta a nuevas ideas y evidencia que puedan surgir durante la discusión. Estar dispuesto a cambiar de opinión demuestra flexibilidad y razonamiento lógico. Aferrarnos a algo porque sí no es para nada inteligente si lo paramos a pensar con detenimiento. Para ello, busca áreas de acuerdo, ya que a menudo, incluso en debates complejos, es posible encontrar áreas de acuerdo parcial. Identificar puntos en común puede ayudar a construir una base para la discusión y la negociación.
– Elige el momento adecuado: No todas las discusiones deben llevarse a cabo en el momento. Si la situación no es propicia para un debate constructivo, considera posponer la conversación para otro momento. El cansancio, la prisa y las suposiciones no son buenas compañías para cualquier tipo de interacción.
– Aprende de la experiencia: Después de la discusión, reflexiona sobre lo que salió bien y lo que podrías mejorar. Cada interacción te brinda la oportunidad de aprender y mejorar tus habilidades de argumentación.
Recuerda que defender tus opiniones en temas complejos no se trata solo de ganar argumentos, sino de promover un entendimiento mutuo y contribuir a la resolución constructiva de problemas. Practicar la comunicación efectiva en debates difíciles es una habilidad valiosa en cualquier contexto, desde el laboral al familiar pasando por el relacional. Convertirte en un buen orador te dará ventaja a muchos niveles, ya que los demás tendrán una percepción más positiva de ti y al mismo tiempo, a nivel individual nos valoraremos de una forma más positiva, influyendo directamente en nuestra autoestima.